martes, 11 de mayo de 2010




El mueve las mentes de los hombres, mueve a los hombres que no tienen mente, maneja a discrecion nuestra calidad de vida, la salud, la educacion, la muerte, es amigo de lo inescrpuloso, y enemigo de los valores y la ética, separa familias, olvida rencores, inventa seres honrosos, construye imperios con la misma facilidad que los derriva, elige los lugares en donde sentirse realizado, y categoriza al amor, detrás de sus eructos tecnologicos nos cautiva.
Es la puerta de ingreso al mundo, y la salida de la infancia, el único y tenaz Dios vivo, tiene la particularidad de cuanto más se lo adora, más grande se hace, le gusta que lo miren, que lo adoren, estar presente todo el tiempo en nuestras vidas, aunque paulatinamente las aniquila, o en algunos casos violentamente, cuida celoso nuestras almas o lo que quedan de ellas, algunas corrompidas por él, otras simplemente compradas.
Todo esto nos es malo sino real, pero así como coloso indestructible, es facilmente vulnerable, y si algún día logramos ignorarlo, el mundo que conoces cambiaría el verdadero rumbo, y todo lo hecho, fue simplemente un error, fácil de corregir.