domingo, 15 de septiembre de 2013

El hombre triste y el hombre feliz

Mientras el hombre triste busca problemas, el hombre felíz busca soluciones.
Mientras el hombre triste protesta, el hombre felíz alienta.
Mientras el hombre triste engaña, el hombre felíz dice la verdad.
Mientras el hombre triste es inseguro, el hombre felíz no duda.
La tristeza tiene que ver con el dolor, con lo negro, con lo que no se puede mostrar, porque no se quiere y porque no se puede. La felicidad tiene que ver con la alegría, con la luz, con que todos se enteren, con lo que se ama sin restricciones.
La tristeza, amiga del miedo, consejera de la inacción, tiene que ver con nuestro costado invisible, con nuestras imposibilidades, tiene que ver con el egoísmo, con la envidia, con los celos. La felicidad no. Amiga de la inconsciencia, hace y muestra mundos posibles, la felicidad es el otro en nosotros, ahí en los logros del otro está lo importante y lo urgente.
La tristeza es un lugar al que se llega sin saber que la única posibilidad de salir es siendo feliz.

domingo, 1 de septiembre de 2013

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La pericia, marca el rumbo de los que a uno le interesa, pero el motor de todo es Animarse, animarse es aprender. En un mundo donde rebalsan las intenciones, esos intentos serán logros o realidades. Entonces puedo decir que aprendí: Aprendí, sobre la inutilidad de las cosas (objetos). Aprendí, que lo que se consigue con amor, se defiende con amor, mientras que lo que se consigue violencia, se defiende con violencia. Aprendí, sobre la voracidad de los caníbales y sus implacabilidad. Aprendí, a no juzgar a nadie, a pesar de las decepciones, el tiempo es como el agua, el que limpia y cocina todos los males. Aprendí, que no hay urgentes, sino importantes y son los que me aman. Aprendí, que el que usa las palabras "todos" y "nadie", nunca es objetivo. Aprendí, a saber perder y recuperarme de la derrotas imaginando mundos posibles. Aprendí, de los amigos que cuando los necesitas de verdad dejan de estar. Aprendí, de libros, de oficios, de arte, de pesca, de autos, de vos. Aprendí, que no hay sensación mas linda que la de llegar a tu casa, y sacarte los zapatos. Aprendí, que Dios es una marca. Aprendí, que dentro de cada niño esta Dios, a través de su amor, su sinceridad. Aprendí, de la sinceridad de los intereses. Aprendí, a aconsejar a través del amor, los sueños, y el mirar las cosas desde otro punto de vista. (Siempre tiene que haber dos puntos de vista!!!) Aprendí, sobre el dolor que provoca no intentar las cosas. Puede ser que he tardado tiempo en darme cuenta, y que todas esas lecciones me cueste repasarlas, pero me quedo con lo dicho, con lo hecho, y con todo lo que tengo por hacer!