domingo, 20 de septiembre de 2015

El abrazo que cura

Ayer tuve un sueño uno de esos sueños que los duran.

Ahí era un chico de no mas de diez años y entraba a la casa y mientras me saludaba un desfile de rostros ausentes, el camino me conducía hacia donde estaba el abuelo, quien cuando me vio se incorporó de inmediato, entonces nos abrazamos, un abrazo tan largo que lo pude dividir en tres momentos, tres momentos que todavía guardo.

La primera parte del abrazo fue el rencuentro, ese rencuentro de no habernos visto ya hace años, un abrazo para rememorar que nos extrañábamos, típica alegría de encontrar alguien que amas después de muchos años, una alegría fácil de entender y difícil de explicar , un apretón de 2 minutos, si 2 minutos, largos constantes, medidos, justos para que no queden duda de nada.

Pero son raros los sueños y siempre guardan algo mas, porque venía ahora la parte de separarnos, digamos que 2 minutos de abrazo es mucho, entonces se incorporó como cargando fuerzas y me volvió a abrazar fuerte,  envolvente, seguro, sin dudar, sin vergüenza y no me hablo nada pero me dijo todo. "Este abrazo es porque te quiero y te extraño, este abrazo es por como sos, por insistir, por independiente, y así  nos fundimos nuevamente y no nos queríamos separar, nos comunicamos con los ojos cerrados sin hablar calculo que otros 2 minutos, 

Ademas de extrañarnos, queríamos y teníamos cosas para hablar entonces me dio la mejor lección que te puede dar un sueño o un abuelo (a esta altura ya no se), el tipo después de abrazarme cuatro minutos, tomo energía y me volvió a abrazar, aunque distinto... esta vez me abrazo para curarme, porque mi espalda ya muy lastimada necesitaba eso, en nuestra espalda esta todo, no es fácil cargar con todo el peso, no es gratis querer ser mejor, tiene costo vivir feliz a pesar de todos, no es fácil, esforzarse siempre y no bajar los brazos nunca, todo nuestro sacrificio esta en nuestras espaldas, todo lo que nos pasa nos pesa, y ahí estaba él haciendo lo único que necesito, lo único que completa, que repara, lo que todos los demás no hicieron, un abrazo reparador que dice: “Se que lo que estas pasando, se lo que te hicieron, se lo que es estar solo, se que perdonaste a todos, pero no todos te perdonarían, se que es la injusticia, se lo que es dar lo que no tenes, se de dolor, se de amor,  y se de vos no te hagas drama, dormí Rubén dormí que yo te curo”.

Entonces desperté, y entendí el sueño, desperté curado, sin dolor. 

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Colección de maquetas

Siembro en prosa, solo para diferenciarme sensible, convencido que lo único que nos puede salvar de esta locura es la sensibilidad. Me desplomo en renglones después que cada palabra me perfore, las  letras sirven para metrallar muros. Visito todos los momentos que invento, porque guardo felicidad y la exporto. Entonces  aparece un campo verde , con flameantes pastizales, visitados por mariposas que se vencen al viento, y no ponen oposición, todo lo contrario lo disfrutan, casi borroneado una niña corriendo, apurada para llegar a su casa , una puerta entreabierta, que deja escapar  un aroma a algo rico, una foto que es cualquier foto, creo que esa es la felicidad, un sentimiento interior que viene de un campo de trigo, una dulce carrera contra el viento, una niña abrazando a su madre, una madre abrazando a su hija, una mesa con mas de un plato, un cuenco de sopa caliente. Acá no debe existir la prisa, esta película exacta y tiene que ostentar un quieto dinamismo, la cama puede tener algunos muñecos o un almohadón remendado, una ventana que muestre flores, los pasos de mamá, y que este instante dure toda la vida, siembro en prosa porque no hay otro camino mas lindo que insistir con renglones.