martes, 9 de noviembre de 2010

Cinco minutos mios, con Lewis Carroll

Era, nesesario, dar el próximo paso, no habia mucho que elegir entonces, habia en mi espalda varias huellas, mirando y de frente, el vacío, nadie mas que yo entedía, el miedo que le tengo a las alturas, y ni siquiera el vacío sabe cuanto le temo, pero no había mucho que hacer al respecto.
Tambien podía haber elegido quedarme, quieto, y dejar que pase el tiempo, aburrirme un poco más del sitio donde estaba y mirar al vacío con desconfianza, total desde mi bienestar, era mas fácil hablar del camino recorrido, sin intentar seguir.
Temeroso, inseguro, solo, y sin nadie que me empuje, me arrojé, la primera sensación, un vacio en el pecho que me oprimía y no me dejaba hablar, sentí miedo y la seguridad que mi vida se terminaba ahí. Antes de morirme intentaba rezar, o pensar algo que me haga feliz, pero no hubo caso seguía vivo y cayendo.
Pasaron varios minutos de caída libre, y comence a difrutar de ese espectáculo, morbo que le dicen vio, el viento me pegaba de lleno en la cara, o mi cara cortaba al viento no se muy bien, pero acá estaba nadando en el cielo, mirando como pasaban las cosas tan rápido y sin distinguirlas. Ahi mi brazos aleteaban, y mi pies bailaban solos, incluso giraba sobre mi eje en varias formas, hice la grulla, y el tigre, hice de soldado y de silla... tambien grité; grite lo suficiente como que no me di cuenta que estaba gritando, y sin que me de tiempo a callarme, caí en un lago, tan profundo que el solo impacto me dislocó un brazo, entonces el próximo suspiro, casi se tranformo en ahogo, y antes de que mis pulmones cedan, vi la luz de la superficie, que me obligaba a no respirar un rato más, una llanura de lado a un nuevo mundo, salí del agua como pude, camine unos pasos, mire de lado, y estaba hecho, había dado dos pasos más.

No hay comentarios.: