Cuando soltar duele, duele en el
pecho, en los hombros en la espalda.
Aferrarse mucho a algo o alguien,
es un acto inconsciente de inseguridad, es un poco necesitar amor, es intentar
completarse en otro, es sentirse incompleto.
Soltar, es un poco eso, aceptar
que si hay un vacío de cualquier índole, es simplemente porque uno se lo
invento en la cabeza, pero duele. Duele dejar ir a alguien que se quiere, y
duele aceptar que no está más, duele en la costillas en la nuca, en los
dientes, en el pecho, en los ojos y el la mirada.
Supongo que la vida, tiene que
ver con sortear todas esas dificultades, con proyectos y sueños, no cerrarse al
mundo a los demás a la compañía, tiene que ver con aceptar, soltar, enfocar,
seguir, intentar, levantarse, intentar, nunca olvidarse de dar amor, sin
condiciones.
Cumplo en breve 38 años, he
sufrido lo justo y necesario que puede aguantar mi espalda y comparado con
otros dolores, no es nada.
Hago cada tanto estos Análisis Públicos
y entiendo que el verdadero camino a hacia la felicidad, consiste en
transformar lo que hicimos en amor, todo somos si no lo focalizamos en eso,
pues no tenemos nada. Elegir ese camino no es fácil, todo lo contrario, uno
esta en mundo y para sobrevivir necesita de él, y siempre a tus besos les van a
responder hostilidad, siempre.
Hay cosas que no vamos a cambiar,
hay gente que vamos a tener que saludar, pero todo ese camino es un inmenso
camino de reconstrucción propia.
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