miércoles, 28 de mayo de 2014

Aprendí

Aprendí a soltar, entender que no puedo obligar a nada, aprendí que hay que ir liviano, sin peso, sin obligaciones, aprendí que los sentimientos tienen peso, aprendí que uno conserva lo que no amarra, y que es difícil soltar cuando uno agarra, aprendí a no esperar, a ir lo mas tranquilo, lo mas honesto que se uno pueda, aprendí del vacío,  de la falta, aprendí que todas esas carencias las podes transformar en algo.
 
Aprendí un poco, aunque eso es lo que mas me cuesta, que yo sienta algo no sirve, si el otro no lo replica, que las relaciones humanas son simétricas, pero los hechos no tienen que ver con los sentimientos, aprendí que muchas veces hacer cosas contrarias a lo que siente, simplemente por normas de decoro, por prejuicios, o por algo peor aun, el peso de nuestras propias palabras, aprendí que la palabras pesan.
 
Aprendí del valor de mi silencio, aprendí que todo lo que ocurre es por algo, y aprendí que si bien las cosas no se pueden modificar, uno no debe perder de vista su sueño y que tampoco hay que rendirse y entregarse al no, aprendí que aunque no haya manera de llegar a algo o a alguien, siempre hay una manera, aprendí que el silencio no es la ultima palabra, aprendí que también puedo ser odiado, despreciado e ignorado, y eso no esta mal, aprendí a mirar como son las cosas, aprendí a reconstruirme, y salir a la vida aunque el dolor te agobie, aprendí a mirar nada, y buscar a alguien, aprendí a llorar, a conversar, aprendí a admirar, aprendí a amar, aprendí que todos somos, fuimos y seremos, libres, aprendí a fracasar e insistir por lo que amo.
 
Ya tengo 36 años, y no me avergüenzo de eso, no me avergüenzo de que cada enseñanza me costo dolor, tampoco me siento avergonzado por como me siento, porque voy liviano y ya nada espero, aprendí y con eso basta.

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