Tengo una gata que no es mía, un departamento prestado, un auto nuevo color gris de otro, y un montón de libros no devueltos, de todas las anécdotas que guardo, muchas ni siquiera soy protagonista, soy amigo de los amigos mis amigos, y no merezco los premios que tengo.
Me siento dueño, aunque no tengo nada de lo que ostento, en mi haber de cosas tengo amor, un ajedrez, un libro de Borges y nada mas. Aprendí a ir liviano por mundo, sin nada que me ate, pero por mas ligero que intente, viajar siempre llevo conmigo la culpa, esa si que viaja donde yo decida y es mi gran mochila.
Soy responsable no solo de mi vida, sino que una decisión mía puede cambiarle el rumbo a una o mas personas, y esto hace pensar cada decisión. Cuando no tengo certezas sobre que decidir, dejo que juegue el tiempo, el tiempo es el mejor arbitro de nuestras decisiones apresuradas, y cuanto mas arriesgada es la decisión, mas tiempo le doy.
Suelo cambiar de opinión en una semana, pero cuando mi parecer persiste, entonces esa decisión que postergo, se hace deuda o materia pendiente.
Es difícil ser yo, y cargar con toda esa moral, prefiero perder, solo para que el otro no sufra. La gran mayoría de las veces me termino acostumbrando a perder, antes de salir a reclamar la victoria, cueste lo que cueste. Soy de los que creen que tener paz, es mas importante que tener razón.
Pero hay otro yo, que se enoja conmigo, cuando obro así, me reprocha y me dice cuando estoy solo que "no baje los brazos que insista, y que arriesgue"....puede ser que en poco tiempo le de la razón, que con el tiempo se me vaya la culpa, y que con el tiempo se acentúen las cosas que son del tiempo, hoy mis deudas pendientes.-
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