jueves, 15 de mayo de 2014

El dia que espere toda mi vida

Te juro que yo lo vi...había una maraña de alambres de púa, oxidados opacos, y detrás de ellos un rio con doce cocodrilos hambrientos y una madeja de tarántulas con el veneno incrustado de las yararás.

Yo, del otro lado no me atrevía a pasar..., en realidad siempre tuve el prejuicio ante los alambres de púas, los cocodrilos y las yararás, si bien sabía que del otro lado, me estaban esperando, yo me jure que no iría, aunque desde el día que me fui, me gritaban vení.

Fiel a mi estilo, siempre me convertí en lo que pensé, me golpeaba el pecho, y me decía...yo con los alambres de púas? nooooo, con las arañas, noooo, y aunque me mordía de remordimiento o de intriga, con lo que podía pasar con mi vida, si cruzaba ese río....prefería quedarme de este lado antes que me coman los cocodrilos.

Así fueron pasando los días, y aunque quería olvidarme de todo, de alguna manera, una intriga de ver como estaba todo del otro lado me agarraba. Entonces miraba cada tanto, como espiando ese mundo que yo, no me animaba a visitar.

Entonces las voces comenzaron a hacerse mucho mas recurrentes, ahora era diario, porque del otro lado se dieron cuenta de mi interés, y como también la voz era persistente, comenzamos a hablar en sintonía. Esto es cierto, yo no quería, emitir sonido, porque los alambres de púas y los cocodrilos eran los que me frenaban, ya se habían enterado, casi por telepatía de mi interés.

Entonces, era inevitable, todos los días, aparecía un mensaje destinado para mi, no se porque, se que pero me gustaba recibirlos, ahora los buscaba yo, los esperaba, los necesitaba.

Al principio dudaba, si era yo a quien estaban dirigidas todas esas conversaciones, con el tiempo se me fueron limando las dudas, y eran para mi todas.

Fue así como ocurrió, el milagro...decidí cruzar los alambres de púas, los cocodrilos, las tarántulas y la yararás, entonces en el preciso momento en que di el primer paso, aquellas alimañas tan temibles desaparecieron...si así mágicamente.

Pregunte en un sordo grito, el porque....y la voz (esa que antes me llamaba) me dijo, suave y dulcemente...no tengas miedo, siempre supe de tus miedos a las alimañas, también de tus prejuicios  estaba esperándote, para decirte que lo entiendo, y que yo también los tengo, pero también estamos los dos de este mismo lado, si bien el los miedos existen, también es nuestra cabeza quien los mantiene vivos, no tengas miedo siempre hay algo que te espera detrás del miedo.

Así fue como mi vida cambio.

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